La historia de Zemun, como la de Belgrado, es muy larga y llena de cuentos y leyendas.
Zemun se desarrolló en la orilla sur del Danubio, en la proximidad de su confluencia con el río Sava. Hoy Zemun es uno de los barrios de Belgrado, pero hasta 1945 fue una ciudad independiente, antes de ser absorbida por el crecimiento urbano de Belgrado. La región ha estado habitada desde la edad de bronce, pero los primeros establecimientos que se quedaron tras la historia datan del siglo III antes de Jesucristo. El nombre dado al poblado durante la época romana, Taurunum, todavía se puede ver en las calles de Zemun, como parte de los nombres de tiendas, equipos deportivos o cafeterías. Así los habitantes de Zemun preservan su historia, la causa de mucho orgullo.
Durante los siglos medievales, Zemun, llamado así según la palabra eslava que significaba “hecho de tierra”, cambió de reinos: los Bizantinos, Serbios, Turcos y Húngaros todos tomaron la ciudad en aquél punto de su historia. En el siglo XV, al caer Serbia bajo la dominación otomana, Zemun adquirió importancia como puesto de avanzada militar, pero con la formación del Imperio Austrohúngaro, se convirtió en un pueblo fronterizo, que sirvió como cuarentena para la gente que salía del Imperio Otomano. La mayoría de los edificios que se conservan son de esa época: Kapetanija, el centro administrativo del tráfico fluvial, Carinarnica, la aduana, la oficina postal, etc. Los edificios cercanos al río se convirtieron en restaurantes de alta calidad, donde se pueden comer platos típicos de este parte de Europa y con música tradicional viva, disfrutar de la orilla del Danubio y de un ambiente auténtico.
La ciudad también conserva algunos de los edificios y calles del siglo XIX y principios del XX en buen estado de conservación, sobre todo alrededor de la emblemática torre de Gardoš y el camposanto de los judíos. La torre, una de cuatro torres idénticas, fue erigida por el gobierno austrohúngaro en el año 1896, como memorial de 1000 años de la presencia de los Húngaros en esta región, y por eso fue llamada la “torre del milenio”. Otras torres fueron edificadas en otras fronteras del imperio. La colina de Gardoš, como la más alta en la llanura de la región, se eligió como el mejor lugar para este monumento. El camposanto de los Sefardíes que habían llegado de España, escondido entre las tapias antiguas, se parece a imágenes descritas en los libros de las hermanas Bronte.
Las calles de Zemun ofrecen una imagen similar al de las ciudades de Europa central, gracias a la influencia de los húngaros y la multitud de naciones que cruzaron esa región. La presencia de la frontera entre dos mundos, europeo y oriental, formó la conciencia de los habitantes, que se consideran diferentes de los belgradenses y nunca aceptan Zemun como parte de Belgrado.